A más de un mes de las elecciones legislativas, me parece oportuno hacer algunas consideraciones. Espero que no contribuyan a profundizar la confusión generalizada, el desánimo y hasta el estupor que a enormes sectores del pueblo argentino alcanzan al descubrir que a los desaciertos del gobierno, la oposición no da a conocer (porque no puede, no sabe o no quiere) las medidas claras y concretas. Medidas para que desde el Poder Legislativo se orienten políticas para retomar el crecimiento sostenido de nuestra economía y su posterior distribución del ingreso; con un perfil económico que asegure el modelo industrial, complemento más que eficaz para el desarrollo agrícola-ganadero y de importancia vital para una economía integrada que asegure la armonía de un desarrollo sostenido. Es decir, crecimiento más justicia distributiva con todos sus atributos de inclusión social, trabajo digno, educación, salud, vivienda digna, etcétera.
Pareciera que los actores enrolados en la llamada oposición han asumido actitudes (semejantes a las del gobierno) rechazadas por el pueblo el 28 de junio; siendo evasivos al momento de ser convocados y prejuzgando sobre el resultado del llamado a dialogar. No voy a pecar de incauto o de inocencia infantil asegurando el resultado de la propuesta, pero reconociendo las particularidades de la propuesta gubernamental y las enormes posibilidades de lucirme con propuestas, pondría el énfasis en llevar mi arsenal ideológico (¿habrá ideas?), las medidas prácticas que le darán sustento para que el temor de ser defraudado no invada al votante esperanzado.
La prioridad ahora no es el tema, sino la actitud. Tanto gobierno como oposición son corresponsables en la puesta en marcha de la solución de los problemas nacionales. Ahora bien, habrá que ver si van a consensuar con madurez, si van a priorizar el interés de la gente por encima de los partidarios, si el gobierno será receptivo y contemplará una actitud unificadora que conduzca a través de lo comunes denominadores a políticas de Estado hoy reclamadas por todo el pueblo argentino, eso además de lo prioritario es lo que habrá de verse.
Lo que la gente espera no es la confrontación (estamos hartos de denuncias, imputaciones, discusiones estériles) que perjudica enormemente las chances argentinas en el orden internacional. Cabe señalar que la estatura de los debates y propuestas integran el «riesgo país» superlativamente para merecer el respeto internacional tan declamado por el «establishment».
Para no incurrir en la carencia que nos preocupa decimos (a modo de ideas):
a) Hay 20 millones de hectáreas forestables y sólo 500.000 forestadas. ¿No hay aquí lugar para una solución dignificante para millones de argentinos?
b) Toda la exportación de maní (por tomar un cereal) significa 800 millones de dólares, en tanto que la importación de un solo producto tecnológico (celulares) significa 1.250 millones de dólares.
c) Podemos sancionar leyes que contemplen desgravar ganancias, entre otros incentivos para minería, construcción, tecnología, energía, petróleo, etcétera.
d) ¿Se podrá priorizar la inversión en centros de investigación científico-tecnológica que supere el actual magro porcentaje destinado a ello? ¿Además, se podrán instalar en el interior del país?
e) ¿No se podrá legislar sobre retenciones al agro que vayan en sentido progresivo descendente en los casos de pequeños y medianos productores y que a su vez recaigan sobre los que mayor beneficio obtienen asegurando recaudación por vía de impuestos a las ganancias?
f) ¿No podremos controlar los vericuetos que permiten elusión fiscal? Esto vale para todos los sectores.
g) ¡Tantas cosas podríamos!
La Argentina, y en esto cabe una tremenda responsabilidad a la dirigencia política y social, está dejando pasar innumerables oportunidades favorables para afianzarse como Nación, consolidándose política y económicamente; ya que parece que tuviéramos una reiterada impericia para visualizar y resolver nuestros propios problemas.
(*) Presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa
Fuente: La Capital
Una respuesta a «No desalentar al volante»
Estimado Elias: Gracias por seguir pensando, proponiendo, luchando para que esta Provincia, este País y sus habitantes podamos desarrollarnos.
Gracias. por tener presente el enorme potencial de la actividad forestal.
Quedo a Tu disposición, un abrazo, Dardo Decándido