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En su último día como presidente de la Empresaria, Soso da la nota

Elías Soso deja la presidencia de la Asociación Empresaria de Rosario.
Aunque le cueste reconocerlo y asegure que va a seguir vinculado a la actividad “pero desde otro lado”, hoy es el último día de Elías Soso al frente de la Asociación Empresaria de Rosario. Para el periodismo, Soso siempre va a ser uno de los mejores tituladores. No existe nota que se le haya hecho donde el dirigente no se despache con alguna frase que va derecho a encabezarla. “No fui un dirigente delivery”, dijo ayer a los pocos minutos de empezar esta nota con punto biz y la siguió con una carcajada, sabiendo que había tirado el titular.

Después de 46 años de gremialismo empresario, Soso decidió abrirse de la presidencia dejando paso a Ricardo Diab y su actitud bien vale un repaso por los hitos de su carrera, sus éxitos, sus fracasos, sus mejores y sus peores decisiones, sus amistades y sus enemistades. La idea era hablarlo sentados con un café de por medio, pero el incansable Elías estaba en plena autopista volviendo de Buenos Aires “de una reunión muy importante”, dijo creando cierto suspenso.

El próximo viernes en el salón Metropolitano se llevará a cabo una cena para homenajearlo y ya hay vendidas más de 700 entradas e incluso se espera la presencia del mismísimo vicepresidente, Amado Boudou.

¿Cuál considera que fue su mejor momento al frente de la Empresaria?

Creo que fueron los últimos cinco años, donde la entidad se ancló en el cariño de la gente. La Asociación ya tenía alma y era reconocida como parte de la ciudad, además se había ganado espacio nacional, éramos escuchados en diferentes ámbitos porque nos adentramos en los problemas de la sociedad, sin enfrentamientos políticos, siempre con consenso y nunca con agresión. Y todo eso se consolidó en estos últimos años.

¿Qué medidas cree que fueron las más acertadas?

Recuerdo haber acompañado a comerciantes porque les cortaban la luz, o porque no les quisieron habilitar un negocio. La Asociación siempre estuvo ahí, buscando la solución de ese problema. Nunca fui un dirigente delivery, no creo en los dirigentes esporádicos. Siempre tuvimos la virtud de adelantarnos a los acontecimientos y hemos juzgado opinión en los hechos más diversos. Hay muchos especuladores, pero nosotros nunca esperamos el diario del lunes para hablar del domingo.

¿El momento más duro?

Puede ser en la década del 70? cuando salimos a pedir por la democracia en defensa de la industria nacional, de los puestos que se estaban perdiendo. En el 81? fuimos el alma mater de la Convocatoria Nacional Empresaria (Conae), un llamado de atención que el movimiento empresario daba a un mecanismo artero que estaba terminando con la economía nacional. Dirigente es el que va adelante de los acontecimientos, el otro es un dirigido.

¿Cómo fue su relación con las otras entidades?

Yo siempre tuve coherencia ideológica: siempre defendí el mercado interno, la industria nacional y la sustitución de importaciones. Por lo tanto, hemos ido siempre a buscar a todas las entidades para armar grupos de trabajo, incluso me acuerdo que una vez firmamos un convenio para pedir por la conexión Rosario-Victoria, el Aeropuerto y la conexión Rosario-Córdoba , con la Federación Gremial, la Bolsa de Comercio y la Sociedad Rural.

A fines de lo 90? hubo un período en que dejó la presidencia en manos de un representante del supermercadismo. ¿Hubo una pelea interna en ese momento?

Jamás tuvimos lucha interna. Yo pensé siempre con criterio de que las entidades juegan un rol protagónico y en ese momento el supermercadismo había cubierto un espectro económico muy importante de la ciudad. Jamas me aferré al poder porque quise, sino que ahora tomo la decisión en contra de lo que piensa el empresariado de la ciudad. Hay que predicar con el ejemplo, saber dar espacios. La etapa de los dirigentes que nos hicimos con esfuerzo, intuición y calle, ya está, ahora vienen tiempos donde hay que tomar conciencia que existen otros métodos.

¿Cuál fue el intendente con el que peor se llevó?

Siempre tuve dificultades con las políticas económicas liberales porque nunca estuve de acuerdo. Me acuerdo que una vez estuvimos enfrentados con el radicalismo cuando Usansizaga estaba en el poder, pero siempre en el marco del respeto por su gestión. Fue un aumento de impuestos en medio del proceso inflacionario, le pedimos a Vernet que le adelantara plata porque la inflación se comía el ingreso.

¿Y con el que mejor se llevó?

No puedo nombrar uno. Rosario tuvo muy buenos intendentes, cada uno tuvo un perfil pero todos estuvieron de 8 para arriba y producto de todas esas gestiones hoy tenemos este presente que yo considero que es muy bueno.

¿Un proyecto al que le han puesto mucho esfuerzo para impulsarlo desde la entidad pero que no haya salido?

El tren bala a Buenos Aires. Habría que haber jugado más fuerte con eso.

¿Y uno que sí haya salido?

El Patio de la Madera. Recuerdo que nos peleamos con todos porque decían que era una obra faraónica y nosotros decíamos que era necesario. No nos hemos equivocado.

Su relación con la política fue…

Yo soy y he sido desarrollista, el gran dolor de mi vida fue el golpe a Frondizi. Se que no soy el dueño de la verdad absoluta y eso me ha valido amigos en la política. En el 95? integré la lista de Cavallero como candidato a intendente pero no pudo ser. En ese momento la idea era avanzar sobre el Ministerio de Producción de la Provincia. Después ganó Obeid e hizo muy buena gestión. Mi problema fue siempre que yo no era ni radical ni peronista y este país es bipartidista. Además, la política te trata como a un extraño cuando no venís de ahí.

¿Una equivocación?

Nos hemos equivocado en más de una oportunidad, por ejemplo en el primer tramo del Gobierno de Menem, donde por decisión de la mayoría, la Asociación convalidó la política que se estaba instrumentando por la hiperinflación. Pero también fuimos uno de los primeros en darnos cuenta que eso no podía ser y en el 94? le metimos pata en contra del Gobierno a pesar de la relación que teníamos. Nos avivamos a tiempo de que eso iba mal. Soy autocrítico. Lo más grave que puede hacer un dirigente cuando comete un error es reiterarlo, porque eso va en contra de su prestigio personal.

¿A qué dirigentes empresarios admira?

A Jose Censabella en primer lugar. Por su prestancia, a Humberto Bolando; a Osvaldo Cornide por su temperamento; y por sus agallas, a Federico Boglione.

¿Qué opina de quienes creen que los dirigentes gremiales utilizan sus puestos para hacer negocios personales?

El que hace negocios personales no es dirigente, es un empresario que utiliza un mecanismo de vinculación política para hacer negocios. Están fuera del campo de la ética.

¿Cuál fue el presidente con el que más encuentros tuvo?

Me vi con todos los presidentes, salvo con Alfonsín. Una vez hicimos un paro importante en su época y se enojó. Me acuerdo que Evaristo Monti salió a defenderme.

¿Cómo definiría su relación con el periodismo?

Once puntos. Nunca tuve un problema con ningún periodista de mi ciudad y tampoco me escondí ni use el argumento de que no estaba en Rosario para no atender. Siempre juzgué opinión. Recuerdo que en el 89? en pleno asalto a los supers, tenía 40 grados de fiebre a las 4 AM y me estaban haciendo nota en una radio. Es obligación del dirigente dar la cara.

Fuente: Punto Biz.